UN INICIO A LO QUINTEROS.

La actuación de la Selección del Ecuador en el inicio de la era Quinteros, deja un sabor agridulce: Agrio por las derrotas y dulce por el estilo de juego. A pocos meses de la Copa América, la TRI nos ha mostrado un estilo definido, el mismo por el cual, EMELEC salió bicampeón y su DT llegó al equipo de todos.

Teníamos preocupación que ya montado como Seleccionador, el entrenador cambie su esquema. Una cosa es manejar al mejor equipo del torneo y otra a un buen equipo que enfrentará a otros de mayor dimensión. En el torneo nacional, el argentino-boliviano era consciente que su equipo tenía más fútbol que el resto, y por eso jugaba fútbol, proponía, atacaba y en muchas ocasiones, goleaba, más, siempre gustaba. Ahora, rivalizará contra un vice-campeón del mundo, contra un semifinalista mundial, un cuartofinalista y tres octavo-finalistas. Por eso, bien hizo en debutar contra dos de ellos, incluyendo el que llegó más alto y que tiene a los mejores sudamericanos en el fútbol europeo.

Por ahí comenzó demostrando algo; no tiene temores. A lo mejor, cualquier otro hubiese gustado debutar con Bolivia y Venezuela para tener más opciones de triunfo y arrancar con el halagador sabor de la victoria. Lo que más aprecié fue la actitud de juego. En apenas poco tiempo, Quinteros ha ordenado jugar como lo hizo en Emelec, de manera vertical, ofensiva, agresiva, veloz. Con predominio del toque y control de la pelota sobre la actitud especulativa de dedicarse a marcar e intentar algo de contragolpe. Armó un equipo con la gente nueva que debía llevar respetando en el primer partido el espacio histórico de algunos y ya para el segundo, jugando con los que hoy están en mejor momento.

Ante México se jugó bien pero se definió mal. Esperé ante Argentina para observar la actitud táctica. Era a mi pensar una prueba de fuego. Ahí iba a observar, si Quinteros se achicaba ante los Teves, Agüero, Messi, Pastore, Mascherano entre otros o si lleno de convicción mantenía su estilo ganador. Por fortuna observé lo último y aunque el resultado también fue adverso, me quedó claro que a la Copa América vamos a ir con un buen elenco de jugadores y con un DT decidido a imponer y no traicionar su forma de juego que lo llevó a la cúspide. De aquí en más solo hay que desear que se mantenga el buen fútbol y se acierte en el remate final, porque ya en la competencia, queremos que todo sea dulce y nada tenga sabor agrio.